Las aguas minerales naturales proceden de un área subterránea bien definida y protegida y su composición es siempre la misma, llegando al consumidor directamente de la naturaleza y sin pasar por ningún tratamiento químico o microbiológico. Mientras que el agua del grifo o agua corriente, puede proceder de varias fuentes, incluyendo subterráneas, superficiales y residuales tratadas. Además, su composición química es variables, factores como el clima, las tuberías que atraviesan o los productos que se utilizan en su proceso de potabilización influyen en ella.

No se aconseja reutilizar las botellas por varios motivos. Por una parte, para evitar fraudes (la empresa de la marca que figura en el etiquetado puede responden únicamente de la calidad y seguridad del producto que ha envasado); por otro lado, para evitar accidentes, ya que, en ocasiones, los envases de agua mineral son rellenados con productos que nada tienen que ver con el consumo alimentario, y pueden producirse confusiones e ingestas accidentales de dichos productos.

El envase es imprescindible para que el agua mineral pueda almacenarse y distribuirse en condiciones de higiene y seguridad para su consumo. El sector se rige por una ley muy estricta de materiales en contacto con los alimentos que garantiza la seguridad de los envases y que es revisada periódicamente. De ahí que el PET con el que se fabrican nuestros envases, sea un material completamente seguro, que cumple con todos los requisitos legales europeos y nacionales.

El agua envasada no caduca. Sin embargo, la ley establece una fecha de consumo preferente que indica al consumidor el tiempo en el que el agua mineral conserva intactas todas sus propiedades.

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El agua mineral natural es la bebida no nutritiva que debe acompañar al niño tanto en las comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable que previene el sobrepeso ya que no aporta calorías y además, favorece el funcionamiento adecuado del riñón.
En la etapa infantil, la deshidratación es más sensible y severa que en la edad adulta por lo que hay que poner especial atención debido a que los niños tienen menor capacidad de expresar la sensación de sed.
Se recomienda beber una cantidad adecuada de agua diariamente que oscila entre 0,6 litros en el primer año de vida y los 1,8-2,6 litros de la adolescencia.

Cuando practicamos deporte y, sobre todo, en ejercicios físicos intensos y prolongados, es de vital importancia reponer la pérdida de electrolitos consumidos por el organismo a través de la ingesta de agua. Por ello es fundamental, tener siempre a mano, una botella de agua mineral natural Aquadeus que nos asegura una correcta hidratación y de calidad para evitar una deshidratación progresiva y sus consecuencias. Por lo tanto, debemos mantener una hidratación adecuada, antes, durante y después de la práctica de cualquier ejercicio físico en un acto de práctica responsable y segura del deporte.

Beber agua mineral natural es una de las formas más sanas y naturales de hidratarse. El mantenimiento de una hidratación nos aporta los siguientes beneficios:

 

1. Ayuda a facilitar el transporte de los nutrientes a las células
2. Construye el medio dónde se desarrollan las reacciones metabólicas de las células
3. Ayuda en los procesos de absorción, digestión y eliminación de desechos
4. Proporciona lubricación a las estructuras y tejidos
5. Colabora en la regulación de la temperatura corporal
6. Contribuye a reducir deshidrataciones y el riesgo de la alteración de la función cognitiva
7. Ayuda a prevenir las enfermedades crónicas de deshidrataciones leves

La cantidad de agua necesaria para el organismo varía en función de diversos factores como la edad, el sexo, el nivel de actividad física, la dieta o el clima. Un adulto sano, con un nivel de actividad física moderado y en un clima templado, debe tomar al día unos 2L de agua si es un hombre y 1,6L si es mujer, según recomendación de la EFSA repartido durante todo el día, de un modo regular. Cada día perdemos agua, alrededor de 2.6L de agua en adulto ocasionada de manera natural por el funcionamiento fisiológico del cuerpo, aunque no perdemos únicamente agua, perdemos sodio, potasio, calcio, flúor y otros electrolitos, por lo que es muy importante hidratarse con un agua equilibrada en su composición mineral natural para recuperar dichos electrolitos.